Un futurista trata de contestar la pregunta ¿qué pasaría sí?, estimula un pensamiento disruptivo, para pensar fuera de la caja, así como también fomenta la creatividad para imaginar futuros divergentes, inéditos y “absurdos”.
¿Qué hace un futurista?
¿Pensaste hoy qué planes tienes para el fin de semana? Y si llueve, ¿qué haces? ¿Y si hace mucho frío o mucho calor? ¿Qué te dice el tiempo esta semana – es más probable que haga calor o frío? ¿Tienes un plan B o C de tu plan ideal? Si eres del tipo de persona que usa todas las variables disponibles y calcula más de una posibilidad cuando planifica algo que quiere hacer o lograr, tienes lo que los futuristas llaman actitud prospectiva.
Básicamente, el futurista trata de contestar la pregunta ¿qué pasaría si?, para a partir de allí, sumergirse en un proceso de exploración de futuros probables, posibles y deseables, sobre un tema o asunto.
Un futurista estimula un pensamiento disruptivo, para pensar fuera de la caja, así cómo también fomenta la creatividad para imaginar futuros divergentes, inéditos, “absurdos”, tal y como lo promueve Jim Dator en su segunda Ley para pensar el futuro:
“toda idea útil sobre el futuro, debería de parecer ridícula”, de tal modo que “si los futuristas esperan ser útiles, deben esperar ser ridiculizados y que sus ideas inicialmente sean rechazadas”. (Dator, 1995)
Ahora bien, el trabajo no termina allí, un futurista deberá trabajar, para que esa idea, inicialmente ridícula, permita abrir el diálogo a nuevas formas de pensar el futuro y eventualmente generar un campo fértil para que esa idea sea plausible de ser desarrollada. Así, el futurista protege las ideas “ridículas”, generando incubadoras de ideas de futuro, al mismo tiempo que el ecosistema para motorizarla.
La mayoría de los futuristas cree que el futuro puede ser moldeado por el ejercicio cuidadoso y responsable de la voluntad y el esfuerzo humano y están de acuerdo en que las personas, que intentan avanzar ciegamente hacia el futuro, corren riesgos innecesarios.
Así, un futurista es alguien que ha aprendido a explorar y a estudiar el futuro, y usa ese conocimiento para permitir que otros identifiquen opciones posibles de futuro y en función de ello tomen las decisiones, sobre cuál es el mejor camino a seguir para alcanzar el más alto potencial de futuro.
Al respecto, Michel Godet (2007), exponente principal de la Prospectiva Estratégica, plantea que, en un mundo en constante mutación e incertidumbre y con fuerzas que revolucionan factores de inercia y hábitos, las personas, deben realizar un esfuerzo creciente de pensamiento de futuro (visión prospectiva), para actuar con flexibilidad estratégica. Frente al futuro, según el autor, existen cuatro actitudes susceptibles de elección:
- Sufrir el cambio e ignorarlo, en un estado de Pasividad;
- Actuar con urgencia cuando ocurra el cambio, en un estado de Reactividad;
- Prepararse para los cambios, en un estado de Preactividad;
- Actuar para provocar los cambios deseados, en un estado de Proactividad diseñando el cambio.
Sobre todo, los futuristas están motivados por el cambio. No se contentan simplemente con describir o pronosticar el futuro, sino que desean un papel activo en la transformación. Así, asumen un comportamiento dirigido a objetivos (Bell, 2005). Según este autor, uno de los propósitos más importantes del campo de los futuros es “crear las herramientas y protocolos intelectuales que permitirán a las personas tomar decisiones y emprender acciones que logren de manera más efectiva sus metas deseadas”.
¿Qué implica ser un futurista?
Ser un futurista, implica una visión colectiva del mundo, un estilo de vida y una responsabilidad social ¿qué quiere decir esto? Implica una visión colectiva porque el futuro lo construimos juntos, es un estilo de vida, porque el plan que trazamos para alcanzar el futuro deseado debe permear todas nuestras acciones -todo lo que hacemos a diario contribuye a la construcción del futuro- y es una responsabilidad social, porque debemos tomar decisiones siendo solidarios con las generaciones presentes y futuras.
Ser un futurista, por lo tanto, tiene como objetivo elevar el nivel de conciencia humana sobre la unidad de la humanidad, porque somos parte de una sociedad global (Bell, 2005).
¿Cuál es el rol de un futurista en una Organización?
Desde el punto de vista del rol que cumple en una organización, el futurista, facilita un proceso de maduración de una visión de futuro deseado (meta/propósito), y posteriormente construye un puente, entre esa visión de futuro y el presente; a partir de allí, guía la elaboración de una planificación de mediano y largo plazo (roadmap de futuro), que buscará alcanzar el futuro objetivo.
De esta forma, un futurista trabaja con miras a aumentar la capacidad de los miembros de una organización para pensar prospectivamente (anticipación), y en función de ello, mejorar la calidad de la toma de decisiones, generando conciencia del impacto de las acciones presentes, tanto para el futuro de la organización como para el de la sociedad. Es alguien que guía a una organización a explorar todos sus futuros posibles y acompaña en el diseño de su futuro deseado.
Elena Ibáñez, fundadora y CEO de Singularity Experts, señala que a clave para ser futurista es identificar tendencias, ser capaz de explicar por qué son importantes, qué las impulsa; cuáles serán sus implicaciones para el mundo en general y cómo se puede aprovechar esa visión de futuro en los negocios que vienen, por ejemplo: identificar nuevas profesiones.
Al respecto, Elena Ibáñez menciona que, un conocido estudio del Institute for the Future (IFTF) de Palo Alto reveló que el 85% de los empleos que tendrá éxito en 2030 no existen en la actualidad; sin embargo, planteó que ya contamos con evidencias que nos indican cuáles son los trabajos con mayor empleabilidad en el futuro próximo, porque el futuro se forja con lo que tenemos hoy, y el futurista tiene las herramientas necesarias para identificar esas señales. Ibáñez agrega:
“se trata de saber qué tenemos que hacer para conseguir un hueco en el mercado. La alerta y la intuición son clave, y de ahí podemos sacar nuestro business case y prepararnos para el futuro” (iPropUP, 2020).
Así, el futurista, busca proyectar el rol de la organización en el mercado futuro y en la sociedad, pensar las profesiones y trabajos que serán necesarias y preparar a los miembros de la organización para ser capaces de imaginar y generar cambios y transformaciones, en dirección al escenario deseado.
¿Qué competencias futuristas se pueden desarrollar en una organización?
Al respecto, la Asociación de Futuristas Profesionales (APF) construyó un modelo de competencias, sugiriendo formas en que las organizaciones pueden usarlo para mejorar las propias capacidades de previsión (Hines, et al, 2017). Autores como Major et al (2001) y Tsoukas y Shepherd (2004) argumentan que la previsión en sí misma es una competencia para gestionar el futuro en nuestra economía del conocimiento.
Al contar con la competencia prospectiva, de previsión, se genera un desempeño sobresaliente de los individuos, quienes desarrollan la capacidad del pensamiento de futuro, diferenciándose de quienes no lo gestionan así. La aplicación del modelo de competencias de prospectiva, se considera, que conduce a ser capaz de identificar patrones emergentes en el futuro de una organización, reconociendo la complejidad en el entorno y comprendiendo la operación de un sistema.
Este modelo está construido alrededor de las seis competencias básicas del pensamiento futuro:
- Encuadre: definición del alcance del proyecto, definición del tema central y las condiciones actuales
- Escaneo: exploración de señales de cambio como indicadores del futuro
- Futuros: identificación de una línea de base y futuros alternativos
- Visualización: desarrollo y compromiso con un futuro preferido
- Diseño: desarrollo de prototipos o artefactos para lograr la visión y los objetivos
- Adaptación: habilitar a las organizaciones para generar opciones para los futuros alternativos.
MODELO DE COMPETENCIAS DE PROSPECTIVAS
De esta manera, el futurista contribuye a la sustentabilidad de la organización y sus propósitos y desempeña un importante papel de liderazgo en la transformación hacia el futuro.
REFERENCIAS
- Hines, A., Gary, J., Daheim, C. y Van Der Laan, L. (2017). Building Foresight Capacity: Toward a Foresight Competency Model. World Futures Review. pp. 1-19
- iPropUP. (2020). No hacen predicciones al azar, sino que estudian tendencias y se capacitan para mantenerse empleables en los puestos que depara la economía digital. https://www.iproup.com/empleo/11082-futuristas-que-son-y-como-anticipan-proximos-empleos
- Godet, M & Durance, P. (2007). Prospectiva Estratégica: problemas y métodos. Cuadernos de LIPSOR, No. 20, 2da ed.
- Levelhead 753 [aka Wendell Bell]. (2005, noviembre). On becoming and being a futurist: an interview with Wendell Bell. Journal of Futures Studies, 10 (2), pp. 113-24
Renata Zimbarg es una gestora cultural, educadora e investigadora caleidoscópica. Ha trabajado como productora en varios sectores de las industrias culturales y creativas en Latinoamérica. Actualmente, es Manager de Programas de Multicultural Arts Victoria, y Coordinadora de la organización estudantil Monash Future Thinkers en Australia Es licenciada en Pedagogía en la Universidad de São Paulo, Brasil, y actualmente se encuentra realizando una Maestría en Industrias Culturales y Creativas en la Monash University, Australia. Lo que la impulsa en su carrera y en su vida es su deseo de contribuir al desarrollo cultural sostenible y equitativo y promover la diversidad cultural a través de la cooperación multisectorial e internacional.
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Co-Fundadora de Laboratorio Futuro, una organización que tiene como propósito favorecer procesos de transformación, a través del Pensamiento de Futuro. Cuenta con una amplia experiencia en el ámbito privado, habiendo desempeñado el cargo de Directora de Productos de uno de los Grupos de Medios más importantes de Argentina.
Actualmente, es Profesora de la Certificación Profesional en Future Thinking del ITBA y colabora con empresas y organizaciones para trabajar en el diseño y construcción de una visión prospectiva.
Karen Zeolla es Fundadora de Laboratorio Futuro, Lic. en Ciencia Política y futurista. Realizó formaciones en agilismo, design thinking, transformación digital y diseño de negocios sustentables. Desempeñó cargos ejecutivos en el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y trabajó en el diseño de políticas públicas vinculadas al desarrollo e innovación social y al desarrollo urbano. Fue coordinadora de la Comisión del Futuro en el Senado de la Nación. Actualmente co-dirige la Certificación Profesional en Future Thinking en la Escuela de Innovación del ITBA, y se encuentra 100% abocada a promover la transformación en las organizaciones y las personas a través del Pensamiento de Futuro.